En las bodas católicas es
común que las abuelitas,
sobre todo en Guatemala, quieran regalar a los
recién casados una imagen del
Niño Jesús. Pero en alguna época también era
común dar como obsequio la imagen de la Virgen niña. Tan así que era
muy común durante el siglo XVI,
para la
época de la llamada
reforma.
Y es que la
devoción a la Virgen niña, es prácticamente
una devoción heredada por la
rama franciscana. Pues es el
mismo San Francisco de Asís que representa
el nacimiento de Jesús, entendiendo la importancia
que tiene una imagen para enseñar
y motivar el amor a Dios.
Así
pues si estás pensando en casarte por
fechas cercanas a la Natividad de María (8 de septiembre), piensa en regalar
una imagen de la Inmaculada Virgen niña, esto para recordar
cuanto Dios nos
ama que preparo a una mujer para
ser su madre. Es un
bonito detalle para decir
que los nuevos esposos imiten a
la Virgen.
Pero
también un bonito regalo para que el
novio le regale a
su novia. Así como san José cuido de
María así, también al
regalar una imagen de la Virgen bebé
el novio quiere reflejar como imitara a este santo patriarca en el cuidado de su
esposa. Y a la
esposa le recordará
como debe tratar a
su marido imitando a la
Virgen.