Las procesiones son un motivo de reflexión. Existen dos tipos de
estas: las llamadas alegres y las
tristes. Las primeras
se refieren alguna procesión
relacionada a un santo,
o algún pasaje como la Resurrección
de Jesús, su nacimiento. Las
tristes en cambio son
aquellas que recuerdan la pasión de Cristo.
SENCILLEZ EN LAS PROCESIONES
Con muy pocas
excepciones existen rezados, pues
aunque algunos las siguen llamando así, ya no tienen la particularidad de
rezarse en voz alta por
el camino. Las procesiones
que logran comunicar al fiel
y lograr un proceso de conversión o aumentar su fervor, son las que en
verdad han cumplido su papel. La pregunta
es, sí vale la pena sacarlas cuando solo se logra
esto en tan pocas almas.
CONSEJOS DE UN SANTO
Dice San Juan de la
Cruz que
hay personas que han olvidado lo que la imagen representa y las
han convertido en una simple obra
de arte. Han dejado de ser lo
que representaban para
ser utensilio de ellos. Esto
debe evitarse pues las procesiones no deben
ser motivo de escándalo entre los
fieles, sino un motivo de unión para
celebrar o conmemorar algún
misterio de la fe.
Algunos consejos que el santo nos
deja sobre las imágenes:
1.
Evitar poner
atención más en la obra de arte
que en lo que representa.
2.
Deben ser
motivo para reverenciar al santo
o para despertar la devoción por
ellos (imitarles)
3.
Evitar
que sean un deleite para los sentidos (osea que
motiven a la vanidad) y no a la devoción de
corazón.
4.
Conforme
aumenta nuestra devoción interior, se necesitan menos imágenes.
5.
Evitar que la
imagen sea motivo de que si
se la quitan entristezcan, porque entonces
su afán era el poseerla y no en motivar al corazón.
6.
Entre más
fuerte sea la unión con la
imagen, es más difícil subir a Dios, pues puede estar más
entusiasmado por el instrumento
(la imagen) que por Dios.
7.
No afanarse por
el material, sino porque
pueda conducirte de
verdad a Dios.
8.
Que te despierte
más el amor a Dios, que
a la posesión de ellas.
9.
Evitar
poner más confianza
en una imagen que en otra, cuando todas representan lo mismo. Por
ejemplo: visitar la pintura de San
Judas en la Merced, aun cuando tienes otra
más cerca, que es más
fácil de visitarla.
10.
Todas las imágenes tienen por
objeto conducir a Dios, pero Él
se vale
de algunas más
que de otras, por la
fe que las personas tienen y su
afecto con ellas.
11.
Evitar
que los actos devocionales se vuelvan por recreación más que por
devoción.