Dice San Dionisio de la muerte de esta santa:
"
Estalló una persecución de los cristianos por el populacho pagano de
Alejandría en el último año del reino del emperador Felipe. Los
cristianos eran arrastrados fuera de sus casas y asesinados, sus
propiedades saqueadas. La persecución comenzó cuando un poeta de
Alejandría profetizó desastre por la presencia de los cristianos a los
que consideraba impíos por no adorar a los dioses.
La
primera víctima fue un anciano venerable llamado Metras o Metrius, a
quien trataron de obligar a proferir blasfemias contra Dios. Cuando se
negó, lo azotaron, le clavaron astillas de caña en los ojos, y lo
mataron a pedradas.
La
siguiente persona que aprehendieron fue a una mujer cristiana, llamada
Quinta, a quien llevaron a uno de sus templos para forzarla a adorar al
ídolo. Ella se dirigió al falso dios con palabras de desprecio que
exasperaron tanto al pueblo que la arrastraron por los talones por
encima del empedrado, la azotaron y le dieron muerte a pedradas.
Por
esos días, los alborotadores habían llegado al colmo de su furor. Los
cristianos no ofrecían resistencia, sino que se daban a la fuga,
abandonando todas sus pertenencias, sin quejarse, porque sus corazones
estaban despegados de la tierra. Su constancia era tan general, que San
Dionisio no supo de ninguno que hubiera renunciado a Cristo.
Se
apoderaron de Apolonia y la golpearon en la cara, le tiraron todos los
dientes, y después, prendiendo una gran hoguera fuera de la ciudad, la
amenazaron con arrojarla dentro si no pronunciaba ciertas palabras
impías. Les rogó que le dieran unos momentos de tregua, como si fuera a
considerar su posición.
Entonces,
para dar testimonio de que su sacrificio era perfectamente voluntario,
tan pronto como la dejaron libre, se lanzó dentro de las llamas.
Luego
descargaron su furia sobre un santo hombre llamado Serapión y lo
atormentaron en su propia casa; después lo tiraron de cabeza desde la
azotea."