Hoy
día existe una profunda confusión respecto de los títulos de los templos y la
razón por las cual ostentan dichos títulos. Unas iglesias reciben el nombre
catedral, otras el de parroquias, y finalmente el de rectorías y capillas.
Paralelamente algunos templos son llamados Santuarios y otros Basílicas.
¿Cuál
es la diferencia entre uno y otro?
La
palabra Catedral viene de cátedra, es decir la silla, llamada comúnmente sede,
desde la cual el Obispo Ordinario ejerce el gobierno de la Iglesia Particular
que le ha sido confiada por el Papa. Por esta razón, en cada diócesis no puede
haber más de una Catedral. Al momento que el Papa erige una nueva diócesis,
debe erigirse una nueva Catedral, pues nace una Iglesia Particular.
Existen
algunas ciudades, en los que existe algún templo al que se le llama catedral,
pero es únicamente en sentido simbólico, haciendo referencia a que en ese lugar
estuvo en algún momento la Catedral. Tal es el caso de la Parroquia San José en
La Antigua Guatemala, que en tiempos coloniales fue la Catedral Metropolitana.
Bajo
el gobierno de la Catedral se hallan las parroquias, los cuales son templos a
los que a los que asisten porciones de fieles dentro del perímetro de la diócesis. Las parroquias son dirigidas por
un presbítero que como colaborador del obispo es designado párroco de esa
porción de fieles. Algunas parroquias, poseen capillas auxiliares o filiales.
Frecuentemente en las grandes ciudades, estas capillas reciben el título de
rectorías, pues sin poseer el rango parroquial, tienen un sacerdote asignado.
Hasta aquí la organización jerárquica.
Muy
independiente de este orden jerárquico, basílica es un título honorífico dado a
ciertos templos que se caracterizan por darle un culto especial a Jesús
Sacramentado, a la Virgen María o alguno de los santos. La palabra basílica
quiere decir casa real. Originalmente era el término con el que los antiguos
romanos designaban los templos en los que rendían culto a sus dioses. Con el
paso del tiempo, la Iglesia adoptó ese término para los templos cristianos de
Roma.
Por
ser un título honorífico, debe tomarse en cuenta que una basílica no es
superior al de una Catedral, ya que esta última representa el orden jerárquico.
Por su parte el término basílica indica que en ese lugar pueden ganarse
indulgencias, las cuales de por sí, pueden ganarse en la iglesia principal de
la diócesis.
Un
claro ejemplo es el de la Catedral de Guatemala, que oficialmente se llama
Santa Iglesia Catedral Basílica Metropolitana de Santiago de Guatemala. Lo que
hace que sea importante no es ser basílica, sino catedral, que en su momento
fue la única metropolitana de toda Centro América, por lo cual el gran
periodista e investigador Don Jesús Fernández, sintetizaba ese nombre
llamándola Basílica Metropolitana.
Frecuentemente
las basílicas que han sido designadas por decreto papal, están agregadas a
alguna de las basílicas mayores de Roma. Como las únicas basílicas mayores son
la de San Juan de Letrán, San Pedro, Santa María la Mayor y San Pablo Extramuros,
no es necesario llamarle basílicas menores al resto, pues por el simple hecho
de no formar parte de esta cuatro, se sabe que el resto son menores.
Algunas
basílicas no han sido designadas por los papas sino reciben el título por
concesión inmemorial, tal es el caso de las mismas basílicas de Roma, que por
haber adoptado el estilo arquitectónico de los templos romanos, reciben el
apelativo basilical. De forma similar ocurre con la Catedral de Santiago de
Compostela, que en 1910 fue declarada Basílica, pues por tradición inmemorial
ha sido una «casa real» debido a que cobija los restos de uno de
apóstoles, haciendo de ella un centro de peregrinación.
Fuentes
Siervas de los
Corazones traspasados de Jesús y María. http://www.corazones.org
Zuluaga Gil,
Ricardo. (2017) http://ricardozuluagagil1.blogspot.com
Fernández Jesús.
(1910) «La Semana Católica, Periódico Religioso Consagrado al Sacratísimo
Corazón de Jesús.» Guatemala. Tipografía Sánchez & de Guise.