Diferentes estampas muestran a esta mujer con hábito de religiosa, o bien como reina.
Esta joven a los 12 años, se se casó con el duque Enrique de Silesia de 18 años, quien heredó el ducado de su padre. Tuvieron siete hijos.
Ella y su esposo fundaron muchos monasterios. Él inició el Hospital de
la Santa Cruz en Breslau y ella, un hospital para leprosas en Neumarkt,
donde atendía personalmente a las que padecían de esta enfermedad.
La santa acostumbraba ir a la Iglesia sin zapatos en medio de la nieve,
pero llevaba el calzado en la mano para ponérselos de inmediato por si
se encontraba con alguien.
Cuando murió su esposo, las religiosas lloraron mucho y ella las
reconfortó diciendo: “¿Por qué os quejáis de la voluntad de Dios?
Nuestras vidas están en sus manos, y todo lo que Él hace está bien
hecho, lo mismo si se trata de nuestra propia muerte que de la muerte de
los seres amados”.
Santa Eduviges tomó el hábito religioso de Trebnitz, pero sin hacer
votos para continuar administrando sus bienes en favor de los más
necesitados.
Dios le concedió el don de la profecía y de los milagros. Amó mucho a
María Santísima y por ello llevaba siempre una pequeña imagen de la
Virgen que le cabía en el puño.
Al morir, fue imposible quitársela de la mano y años después, cuando
trasladaron su cuerpo, la encontraron con la imagen empuñada, y los
dedos con los que la tenía, incorruptos.
En la rectoría de Santa Teresa, se le observa vestida de religiosa, con un pan en una mano (símbolo de su caridad) y en la otra un monasterio. También lleva a los pies un hombre que le pide pan.
Su fiesta es el 17 de octubre.