Los estigmas de Madre Teresa Aycinena


 Así  relata  la Madre  como  se  imprimieron las llagas  de  Cristo en su  cuerpo,  un 1  de  marzo de  1816:

“De sus manos, y pies vi salir rayos de inefable luz, que viniendo hacia mi, traspasaron mis pies, y mis manos con intenso dolor, pero con suavidad y gozo en el alma, reverencia,  y temor...”



El relato de Madre Teresa sobre como un dardo le pasó el corazón


El  primero de marzo de  1816,   le  pasó esto:
  “...luego vi a San Miguel, entendiendo con toda claridad y firmeza que con un dardo de oro tocando con la punta de él, el costado de Jesucristo, tomó sangre y agua de esta fuente de amor, y tornándose hacia mi corazón, le hirió con él, causándome insoportable dolor y pena, junto a inefable gozo, dejándome toda abrasada en el amor de Dios.”


Recordando a Monseñor Casanova, EL GRANDE


Cuando nos  encontramos  en las  peores  situaciones,  la  historia  siempre  requiere  que  un líder  aparezca. Y en algunas  ocasiones  ese líder nace  en contra  de  su propia  voluntad. Pero cuando este  acepta  su papel  se  convierte  en una luz  que  ilumina  y  que  con su sí vence  las  tinieblas.

Hay casos  muy lamentables  donde las  personas  frente  al miedo huyen o se  dejan vencer, incluso pactan  con ello.  Pero  no se deben  dejar  vencer  cuando se  sabe  que  se  está en lo correcto.  No se  puede  decir  que  si, cuando se  compromete  la  voluntad  y las  virtudes;  y  no se puede  comprometer  aún más  cuando tú sí, puede  ser  la  ruina  de  otros.

Tales  casos  nos marcan los  grandes  personajes de  la  historia  y algunos  parecen  ser  olvidados  cuando el miedo y la  ruina  desaparecen.  Pero  nunca  la  historia  puede  borrar  las  páginas  de  lo que ha  sucedido.

Ricardo Casanova  tan sólo era  un licenciado que  se opuso  a  Barrios, y castigado con la  sotana, encontró en ella  su vocación.  Así  mientras  la  Iglesia  en Guatemala  era  perseguida,  él se  alzaría  desde  el púlpito de  catedral  como sacerdote  devoto, y  como signo que siempre  los  guatemaltecos portan,  toma como  bandera a la Inmaculada  alzando  su voz  contra  las  fuerzas  de las  tinieblas y nombra  a la Inmaculada  como la Reina de la Paz  y nuestra  libertadora.

Su trabajo  incansable  y sus labores  dieron como fruto el que  el Papa  lo nombrara  arzobispo.  Así  vendría  a lograr  ser el único, que hasta  este momento, posee  el título que  muchos le han  dado “El Grande”. Porque  su  labor  le  valió  ser  perseguido por  defender  a Cristo y su Iglesia. Porque  cuando ya  no podía  más  seguía  visitando y cuidando de  sus  ovejas.  Porque  trabajando  por  el Reino de Dios no descansó  nunca  y así como el mismo Jesucristo, Señor  y Salvador  nuestro,  murió en la  cruz  por  nuestra  salvación; así este  arzobispo  murió  en el cumplimento de  su  deber.

Su muerte  fue  tan lamentable,    en diferentes lugares salieron a recibir  el féretro, llegando a  Catedral  Metropolitana, la gran  Basílica  que  tantas  veces le  acogió y le  sirvió de  Sede Episcopal.  Gran multitud  quiso  despedirse  de  él,  más la  lenta procesión y el corto recorrido  hacia  las  catacumbas,  solo permitió que muchos lo viesen de  lejos. 

Muchos  se llaman lideres  porque  una pequeña porción les  sigue,  otros  se llaman así lideres porque  inspiran temor y miedo  y por  ello  les siguen.  Algunos  ejercen una  fuerza misteriosa  sobre  ellos, como sí sus  opiniones  no fueran importantes, y  no  demostrando  su justicia  inspiran a la  ansiedad.  Más  este  arzobispo  no puede  ser  considerado así,  durante  su destierro  forzado, trabajo aún más  por   llevar  el Evangelio,  siendo muchas  veces  recibido en otras  tierras, con grandes  pompas  y muestras de  júbilo. 

Las  tinieblas  solo retroceden frente  a la  luz,  Monseñor Ricardo Casanova  supo muy bien desde un principio levantar  en alto la cruz  de  Cristo,  supo dejar  un legado  y como testamento  para  toda  esta  República  de Guatemala  la  consagración al Corazón de Cristo.  Y sabiendo que  nunca  seremos  abandonados  pidió ser  enterrado  bajo la  que  es Madre  de  este  país.  Recordando con este  signo  que  la Inmaculada es  la Madre  de la Iglesia, la Patrona  Tutelar  y la Emperatriz  de  esta República.

Monseñor  Ricardo Casanova,  supo ganarse  el cariño de  sus  fieles,   y la  historia  con el paso del tiempo  le  otorgo  por  su  gran labor  el título de : “El Grande”.  Algunos  se preguntaran  que  cosa  buena  hizo,  otros  no lo conocen  e incluso muchos  dirán que  fue  solo un arzobispo más.

Pero eso es  desconocer  su labor, y olvidar  que  su trabajo  fue  la luz  que  guío  durante muchos  años la  Iglesia  en Guatemala.  Con su energía  incansable dio  testimonio de que  el bien debe  prevalecer  contra  el mal.  Que  no se puede  permitir  que  otros  nos  digan que  está  bien y que  está mal.  Que las  doctrinas  que Cristo  nos  dejó no son  simplemente  un recuerdo  bonito, sino nuestro fiel deseo de  cumplir. Ninguno que  se llame  cristiano puede  olvidar  como Cristo  venció a la  muerte  para  darnos  con ello vida.

Monseñor Casanova,  no fue  solo un simple  arzobispo,  supo  combinar  sus  estudios  de  derecho,  teología, arte, música y poesía.  Fue  también  un escritor  que  dejo bellos  legados.  Para  algunos  no fue  un líder, sino un  verdadero padre, y siendo padre supo  ser  testimonio  para otros,  de  tal forma  que  su enseñanza  aún hoy puede  seguir  iluminando a  muchas  generaciones más,  el mismo fue  ejemplo que  el gobierno no debe  educar  a los hijos  de  cada uno según este  crea, sino que  cada  familia  debe  de  educarlos  según los principios  y valores  que  ellos  creen convenientes.

La Iglesia  defiende pues los  valores  del Reino, y  ha  sido Monseñor Casanova  quién con empeño los  defendió aún sin ser  sacerdote, luego como sacerdote  y finalmente  como arzobispo.  Muchos  otros  arzobispos  también lo han  hecho, como  Mons. Rossell,  o Piñol.  El 10 de noviembre  se  recuerda  su  natalicio,  y aunque  siempre  se  le  vió  muy flaco y enfermo  fue un gran bastión para  la comunidad  católica  en Guatemala  y  la Iglesia  algún día dará  su juicio, si  Dios lo  permite  se le verá  en los  altares. Mientras  tanto, debemos  aguardar  a  ese  día, y tomar  su ejemplo  para  seguir  defendiendo los  valores  del Reino,  con la misma devoción al Corazón de  Jesús  y a María Inmaculada.

Algunos personajes notables de la religión católica en Guatemala

 José Bauer, terciario  franciscano


 Fray Miguel Murcia, OFM


 Monseñor Ricardo Casanova, El Grande
Arzobispo de Guatemala

 Víctor Hugo Chang
Impulsor  de la  devoción a la Inmaculada

 Beata Madre Encarnación Rosal
Reformadora de la Orden de Belén

 Monseñor Mariano Rossell  y Arellano
Arzobispo de Guatemala

 Sor Bárbara Samulowska, sierva de Dios

 Ilmo. Deán y Doctor, Don Felipe Ruíz del Corral


 Santo Hermano Pedro
Fundador

Monseñor  Francisco Marroquín
Obispo de Guatemala

De la bula papal sobre el templo dominico


La  bula  papal de  1969 donde  decreta  la  elevación del templo de  Santo Domingo  a  Basílica Menor, nos muestra una  serie  de  detalles  que  revelan la  realidad  de  este  nombramiento.  El documento se  divide  en  una introducción, antecedentes, y la proclamación.  


 LA BULA LA  RECUERDA  PATRONA 

El rezo del rosario es  resaltado como  parte  del  honor que  se le  dirige  a la  Madre  de Cristo, seguido de  como  en la  ciudad  de  Guatemala se puede  admirar  la  fe  católica   que  se vigoriza  con la  meditación de  esta  oración.  “Se  venera  grandemente  ya  desde la  antigüedad, la imagen  de la Beatísima  Virgen María del Rosario con máxima veneración de los  fieles, la  cual devoción con el pasar  de los  años  alcanzo  incremento.”
 
Sigue  expresando  que  este  incremento se  debe  luego de que  se haya  coronado a la Virgen con corona  de  oro.  En este  párrafo se  explica  también como la  Virgen fue  declarada “Reina  y Patrona  de  toda la  jurisdicción de  Guatemala”  Pues acuden “buscando alivio a  sus penas  públicas  y privadas, no sólo de la  Arquidiócesis, sino  de  casi toda  la  nación guatemalteca”

Al leer  este  texto algunos pensaran que  el patronazgo es  sobre la  república  ya  que  dice  jurisdicción.  Pero  este  término solo explica  que  es  una  zona  o un territorio y debido a  que  el municipio y el país  se  llaman  igual  puede  ser objeto de  confusión.  Pueden otros  entender  que  el patronazgo no es  sobre la  república  pues  su devoción aún no está  lo suficientemente  extendida, según lo dice la  bula.


Para poder  aclarar  estos  datos  es  necesario trasladarse  a los  documentos  de  1934  donde  se  expresa cual  fue  el título con el que  se  declaró en tal año.  En estos  documentos  como la  carta  pastoral  firmada  por  Fray Raimundo Martín OP, que  fue  uno de los  promotores  de la  coronación explica  que  la  Virgen  fue  coronada  como patrona de la  ciudad. Así también otros  textos y videos  de  ese  año y del siguiente  lo recuerdan.  Por  eso es  común ver  los  rótulos  que  dicen patrona  de  Guatemala,  que para los  que  no conocen  lo sucedido puede  aplicar  al país  como a la  ciudad.
 
Fragmento de la  carta  enviada por Don Ricardo Antillón
Don Ricardo Antillón, alcalde interino, también envió  un documento para  que  fuese  elevado  el templo  y explica  que  la Virgen del Rosario es nombrada  patrona  de la  ciudad cuando se le  otorga la  corona  de  oro. Y la  revista “Santo Entierro”  de  1976  entiende  también que  la  elevación de  basílica resalta la  importancia  de la  Virgen del Rosario como patrona de  la  ciudad.
 
Revista Santo Entierro, 1976
Y  es  que  en un  municipio,  ciudad, país;   pueden haber  muchos patronos.  En esto no se demerita para  nada  el título otorgado  y  encaja  perfectamente  con el  nombramiento de  alcaldesa  perpetua.  Ya  que  se presenta  con una mayor  importancia  estos  hechos y muestra  como  a lo  largo de la  historia  de la  ciudad de  Guatemala  las  personas  se  han acogido  a la  que  es  su  abogada  contra  terremotos.