San José patrono de la República y de América



Según la investigadora Irma Barriga, San José puede ser considerado patrono de la Evangelización de América, “pues todo el continente descubierto puede ponerse bajo su advocación.”[1] En el Virreinato de Perú, este santo pasó a convertirse en patrono de todas las actividades humanas, pues del artesano, con el cual se identificaban los más sencillos, se pasó al San José Coronado. “El humilde carpintero se convierte en el noble descendiente del linaje de David con el cual también se pueden identificar las élites”.[2]


Por tradición inmemorial, España celebró desde sus inicios en la fe cristiana a Santiago y a la Inmaculada como sus Patronos Principales. A partir de 1617 se incluyó a la entonces Beata Teresa de Jesús como Patrona de todos los reinos, y posteriormente se prefirió llamarla Copatrona, pues no estaba canonizada. Así, las Cortes imperiales celebraban tres fiestas principales en cada uno de sus dominios.[3] Pero el culto a la Doctora de Ávila, llevaba incluido el de San José, debido a la devoción que ella profesaba al Patriarca.

La fe en el descendiente predilecto de David progresó de tal forma que en 1678 Don Carlos II, Rey de España y Emperador de América, envió al Ayuntamiento de Guatemala una cédula real en la que ordenó a todos los Reinos y Ciudades de España e Indias, jurar a San José con el título de Patrono Tutelar. Pero poco duro el entusiasmo en España, pues  al año siguiente  fue  revocada la  distinción. Sin embargo en 1680 se realizó el juramento en la Ciudad, ignorando lo sucedido en España, quedando los dos cabildos comprometidos celebrar al Patriarca como uno de los patronos principales.[4]

Posteriormente, el Papa Clemente XIII, quien proclamó para perpetua memoria a la Inmaculada Concepción como Patrona Principal de todos los Reinos de España e Indias (incluyendo a la Capitanía General de Guatemala), decretó que las imágenes de San José podía portar corona imperial, por ser este santo, del noble linaje davídico, “cabeza de la Casa del Rey del Cielo y Esposo de la Reyna de los Ángeles y de los hombres”.[5]


Ante ello, el 2 de mayo de 1789, vísperas del Patrocinio del Padre Castísimo del Redentor, el Arzobispo Cayetano Francos y Monroy procedió a la coronación de la imagen de San José, acto que se llevó a cabo en la Catedral, desde donde el Clero llevó en procesión al Patriarca hasta la ermita titular del santo. Posteriormente los demás templos dieron paso a la coronación de sus imágenes del Señor San José.[6]

Luego de la segunda persecución liberal, el Clero de Guatemala prefirió utilizar para el Padre Virginal de Cristo el título de «Patrono de la Arquidiócesis», pues esta abarcaba toda la nación. Fue por ello que en 1897, al celebrar en la Catedral el retorno de Mons. Ricardo Casanova «El Grande», el Padre Antonio Domingo Arroyo exhorta a todos a bendecir al  Corazón de Jesús, teniendo por intercesores “a María Inmaculada, a su Esposo José y a Santiago Apóstol, Patronos y titular de esta Iglesia”.[7]

Tan solo dos años más tarde, el Papa León XIII realizó un acto de consagración de América Latina al Corazón de Jesús y a la Inmaculada, “con el amparo de su castísimo y santo esposo José, a quien nuestra América Latina se halla ligada con antiguos vínculos de culto singular y filial piedad”.[8] De esta manera el Santo Padre junto a los Obispos latinoamericanos confirmaron el patronazgo de San José aún después de las independencias de muchos de los estados del continente.


Mons. Luis Durou y Suré, el cual en su toma de posesión del Arzobispado invocó a Santiago como Patrono de la Catedral y consagró su episcopado al Corazón de Jesús y a María Inmaculada, expresó en aquel memorable discurso: “San José, Patrono de esta Arquidiócesis, protegednos siempre, y que amemos a Jesús como Vos lo amasteis”.[9] Con ello, reiteró sobre su Iglesia Particular el juramento realizado por el Emperador 250 años antes y que continúa vigente hasta hoy.



Fuentes Consultadas:
1.      Archivo General de Centro América. (1680) Actas del Cabildo.

2.      Arroyo, Antonio Domingo. (1897) «Discurso Religioso pronunciado en la Santa Iglesia Catedral Metropolitana en la Solemne función de acción de gracias al Todopoderoso por el feliz regreso del destierro del Exmo. e Ilmo. Sr. Arzobispo Metropolitano Lic. Ricardo Casanova y Estrada el día 2 de mayo de 1897 por el Vicario Provincial de San Juan Sacatepéquez.» Guatemala.

3.      «Decreto de la Consagración del Concilio Plenario de America Latina al Sagrado Coraón de Jesús y a la Purísima Virgen María». (1899) Roma.

4.      «Discurso pronunciado por el Señor Arzobispo de Guatemala, Exmo. Luis Durou y Sure, el día 12 de noviembre en la Catedral en el acto solemne de la toma de posesión del Arzobispado.» (1928) Guatemala.

5.      Juarros, Domingo. (2000) «Compendio de la Historia de la Ciudad de Guatemala.» Guatemala. Academia de Geografía e Historia de Guatemala. Biblioteca de Goathemala, volumen XXXIII.

6.  https://www.aciprensa.com/noticias/san-jose-puede-considerarse-patrono-de-evangelizacion-de-america

7.      https://quijotediscipulo.wordpress.com/category/historia-del-papado-siglo-a-siglo/18-siglo-clemente-xi-inocencio-xiii-benedicto-xiii-clemente-xii-benedicto-xiv-clemente-xiii-clemente-xiv-pio-vi/


[1] http://www.aciprensa.com
[2] Ídem.
[3] AGCA (1640)
[4] AGCA (1780)
[5] Juarros, D. (200) 177.
[6] Ídem, 178.
[7] Arroyo, Antonio. (1897)
[8] Concilio Plenario de América Latina. (1899)
[9] Durou, Luis. (1928)

Jerarquía en templos


Este  cuadro permite  ver como está organizada la Iglesia  en relación a los  templos.  Así pues la primera  columna  es  en relación a la  cantidad  de  personas  que  se  atiendeLa parroquia  dirige  el plan pastoral, que  las  capillas  y rectorías  siguen.  Toda  las personas  que  asisten a alguna  de las  iglesias  del sector de la parroquia, pertenecen a esta.

Los santuarios son templos, que  reunen gente que  peregrina hacia  ese  lugar y pueden ser  parroquias, rectorías o capillas.  El santuario tiene  esa  dignidad  de  acuerdo a  si lo nombra  el obispo (santuario  diocesano), la  conferencia  episcopal (santuario nacional), o la  comisión papal (santuario pontificio).  Un santuario puede  ser  lo suficientemente grande  para  albergar  una  basílica, e  incluso ser  una  de estas.

Las  basílicas menores  son como capillas  adosadas  a  alguna  de las  mayores y tienen ese título para   recordar  algún evento, historia  o algún aspecto que quiera promover  la diócesis. Las  basílicas  son un reconocimiento, no implica  otras  circunstancias como el santuario. También las  basílicas pueden ser  rectorías o parroquias. La Basílica  de Esquipulas  es  rectoría y también es Santuario.

Hay en Guatemala Santuarios  diocesanos, llamados  arquideocesanos, como el del Señor San José, Nuestra Señora del Carmen,  San Felipe,  Adoración perpetua, entre otros.  Santuarios Nacionales, sólo existe  el del Sagrado Corazón de Jesús  de Santa Cecilia.  Santuarios  Pontificios, no existe  ninguno en Guatemala.

Basílicas hay varias  en el territorio, según Jesús Fernández  Nuestra Señora  de las  Mercedes,  San Francisco y Catedral Metropolitana  son basílicas. También otros  sacerdotes, obispos y arzobispos confirman esos  títulos  en el siglo XIX.  A  esto se  suma Santo Domingo y Nuestro Señor Crucificado en Esquipulas,  nombradas  en el siglo XX.


Misterios Preparatorios del Santo Rosario, día sábado

Los misterios preparatorios  del santo rosario, meditados  desde la  visión de  San Josemaría Escrivá.  Con ello recordar  el cariño que se  tiene  a la Virgen en especial  al dedicarle  en cada  cuenta  del  rosario un “Ave María”. Siempre  se inicia  pidiendo perdón a  Dios, por  cualquier  ofensa  que  se  haya  cometido y pidiendo  la  gracia de hacer  con fruto ese  rato de  oración.

MISTERIOS  PREPARATORIOS
Primer  Misterio: la Inmaculada Concepción de la Bienaventurada Virgen María.
“¡Cómo gusta a los hombres que les recuerden su parentesco con personajes de la literatura, de la política, de la milicia, de la Iglesia!... —Canta ante la Virgen Inmaculada, recordándole: Dios te salve, María, Hija de Dios Padre: Dios te salve María, Madre de Dios Hijo: Dios te salve María, Esposa de Dios Espíritu Santo... ¡Más que tú, sólo Dios!”   Camino 496
Recuerda que Dios  te ama, desde  siempre, desde  antes  que  nacieras. Pide  a la Virgen poder  ser  siempre  para Dios, como lo fue  Ella para Él.
Padre  nuestro,  10 “Aves Marías”, Gloria al Padre…


Segundo Misterio:   el nacimiento de  la  Inmaculada Virgen María
“Los teólogos han formulado con frecuencia un argumento (...) destinado a comprender de algún modo el sentido de ese cúmulo de gracias de que se encuentra revestida María, y que culmina con la Asunción a los cielos. Dicen: convenía, Dios podía hacerlo, luego lo hizo. Es la explicación más clara de por qué el Señor concedió a su Madre, desde el primer instante de su inmaculada concepción, todos los privilegios. Estuvo libre del poder de Satanás; es hermosa —tota pulchra!—, limpia, pura en alma y cuerpo.”  Es  Cristo que pasa 171
“María Santísima, Madre de Dios, pasa inadvertida, como una más entre las mujeres de su pueblo. —Aprende de Ella a vivir con “naturalidad”.” Camino, 499
Así como la Virgen paso inadvertida, destacó por  su continuo sí al Señor. Aprendamos  a vivir  en sencillez  y disponibilidad  al Señor.
Padre  nuestro, 10 “Aves Marías”, Gloria  al Padre…


Tercer  Misterio: la  presentación de la Virgen en el templo
“Me conmovió la súplica encendida que salió de tus labios: “Dios mío: sólo deseo ser agradable a tus ojos: todo lo demás no me importa. -Madre Inmaculada, haz que me mueva exclusivamente el Amor”.”  Forja, 1028
Así como la Virgen  fue  presentada por  sus padres, Joaquín y Ana,  pidamos  ser  también presentados  ante  el Señor como cosa  y posesión suya.
Padre  nuestro,  10 “Aves Marías”,  Gloria  al Padre…


Cuarto Misterio: la  virginidad  perpetua  de  María
“Virgen Inmaculada, ¡Madre!, no me abandones: mira cómo se llena de lágrimas mi pobre corazón. -¡No quiero ofender a mi Dios! -Ya sé, y pienso que no lo olvidaré nunca, que no valgo nada: ¡cuánto me pesa mi poquedad, mi soledad! Pero... no estoy solo: tú, Dulce Señora, y mi Padre Dios no me dejáis.

Ante la rebelión de mi carne y ante las razones diabólicas contra mi Fe, amo a Jesús y creo: Amo y Creo.”  Forja, 215
San Josemaría recuerda  al cristiano, como en medio de las  tentaciones  poder  exclamar a la  Virgen y Ella  acudirá  en nuestra  ayuda. Imitemos  a la Madre de Dios, que  quiso  ser  virgen para  consagrarse  al Señor, nosotros  desde  nuestra condición de  cristianos, seamos  para Cristo, como la Virgen se  hizo para Él.
Padre nuestro, 10 “Aves Marías”,  Gloria  al Padre…


Quinto Misterio: los  desposorios de San José  y la  Inmaculada Virgen María
“La paz de sabernos amados por nuestro Padre Dios, incorporados a Cristo, protegidos por la Virgen Santa María, amparados por San José. Esa es la gran luz que ilumina nuestras vidas y que, entre las dificultades y miserias personales, nos impulsa a proseguir adelante animosos. Cada hogar cristiano debería ser un remanso de serenidad, en el que, por encima de las pequeñas contradicciones diarias, se percibiera un cariño hondo y sincero, una tranquilidad profunda, fruto de una fe real y vivida.”  Es Cristo que pasa, 22
San José  y la Virgen son el modelo de matrimonio, pero también de  padres. Acudamos  a  Ellos  con frecuencia, que  sin duda  no nos  abandonaran y nos  harán sentir  en su compañía.
Padre  nuestro,  10 “Aves Marías”, Gloria  al Padre…


Se  concluye  los  cinco misterios  con el rezo de  un “Padre  nuestro” por las  intenciones  del Papa  Francisco, la Iglesia.  Seguido de  las “Aves Marías”, dedicadas  a  cada  una  de las virtudes  teologales y una  más para pedirle  al Señor  nos  conceda  ser  santos.
La  fórmula  de las  “Aves Marías”  es la  siguiente: “Dios  te  salve María alcánzanos  Señora  la virtud ( de la fe, la  esperanza, la  caridad y la  santidad.  Cada  una  en orden del Ave María) Terminando con un Gloria  al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo  como era  en un principio….
Le  sigue  la Salve Regina, dedicada  a las  almas  del purgatorio. Las  letanías las lauretanas, o alguna otra dedicada  a la  Virgen. Al final se  cierra las  oraciones  con otra oración, muy propia  de  Guatemala: “Ave María  purísima: sin pecado concebida (3) Viva  Jesús, viva María, viva la  gracia, muera  el pecado. Bendito  y alabado sea  el Santísimo Sacramento del Altar y la  purísima Virgen María  concebida  sin mancha de pecado original, desde  el primer  instante  de  su ser natural  por  siempre. Amén.  Jesús, José  y María.  Las  benditas  almas  del purgatorio descansen en paz. Amén”.  

San Gaspar del Búfalo, fundador de los Misioneros de la Preciosa Sangre

En zona  16  de la ciudad de  Guatemala  se  encuentra  esta  congregación, dedicada  a la Sangre  de Cristo.  Su fundador  san Gaspar nació en Roma (1786-1837)  y fue sacerdote  y defensor  del Papa.

Gracias  a  su  modelo de  apostolado  convertía a masones,  bandidos  y delincuentes.  También ganó muchos  enemigos, pero eso  no lo detuvo.  La  oración a la  Sangre  de Cristo, fue  parte  de  vida. Compartimos la  oración para  antes de  Misa  y al finalizar:


 "Padre Eterno te  ofrecemos la Sangre preciosa  de Jesús para  que perdones  nuestros  pecados, salves  a  todos los  difuntos  y mantengas  a  tu Iglesia  en el amor  y la  unidad."

El rosario y sus misterios


El rezo del santo rosario consiste  en la  devoción de  meditar la  vida  de  Nuestra Señora, y su vínculo con Jesús.  A  través  de los  ojos  de la  Madre  contemplar  los misterios  del hijo.  En los  cinco misterios  se  desarrolla  una  historia  que  recuerda  el inmenso amor de  Dios por  el hombre.


Durante los  siete  días  de  la  semana,  las personas  pueden encontrar un misterio que les  recuerde lo que  Dios  ha  hecho por  el hombre.  El lunes  el amor  de Dios  a  través  de la Encarnación, el nacimiento de  Cristo.  El martes  y viernes  es  el Hijo de Dios  que  hecho verdadero hombre se entrega  a la muerte  para la  salvación del mundo.  Yo soy el  buen pastor, yo doy la  vida por mis  ovejas, dice  el Señor, nadie me  la  arrebata yo la  doy por la  vida  del mundo. (Jn 10, 11-16)

El miércoles  y domingo recuerda  la  gloria de la  resurrección, pero también que  no ha  dejado a  su  Iglesia y por  ello el Espíritu Santo ha  descendido sobre ella  el día de  pentecostés. Y como muestra  de lo que  algún día se  verá se  encuentra  al final la  asunción de  la Virgen, coronada por Dios. Así también después  de  morir  la persona  irá  frente  a Dios  y recibirá  su premio  o castigo.

El jueves  son los  llamados  misterios  luminosos que recuerdan el reino de  Dios, la  conversión de los  pecados,  y la  cercanía  de  Cristo en la Eucaristía, recordando su  promesa  de  estar  siempre  todos los  días  hasta  el fin del mundo.

El sábado día  dedicado a la Madre Inmaculada, se  contempla  a Dios que  prepara  a la Virgen para  la Encarnación.  Así le  recuerdan al que  este  rezando que  también Dios  lo conoce  y antes  que  fuera  formado en el seno de  la madre, ya lo conocía.  Por  ello se les  conoce  como  misterios preparatorios, porque  preparan a lo que  sucederá.

La Iglesia  recuerda  el jueves  la Eucaristía  y por  ello se  reza  ese  día los  luminosos, el viernes  a la pasión del Señor  y el domingo su  resurrección.  Aunque  no están colocados  en orden cronológico de  acuerdo a los  días  de la  semana, de  domingo a  viernes, de  todos  modos  siempre  habría  dos  días  o uno donde  habría  que  repetir  el misterio.  Por  ello se  disponen para  que  la  persona  pueda  encontrarse  con Cristo desde lo que la  Iglesia  medita  en ese  día.


Si bien el  rosario es  una  tradición desarrollada  en los monasterios benedictinos, cartujos  y otros,  esta  devoción fue  popularizada por la  Orden de Predicadores, o dominicos, siendo ellos los  pioneros  en agregarles  un tema  a  cada  diez  “Aves Marías”.  Pero en los  últimos  años, se  vio la  necesidad  de  agregar  los misterios  luminosos y los  preparatorios, para  no sentir una  interrupción entre  la  infancia  de  Cristo y su pasión,  y para  abrir y cerrar  el círculo del rosario desde  la  concepción virginal de  María  hasta  su coronación.