Completas del oficio de Nuestra Señora

COMPLETAS
(Antes de Dormir)
V.- Conviértenos Jesús, por vuestro amor. +
R.- Y retira de nosotros tu furor.
V.- En mi socorro venid ya, Señora.
R.- Del enemigo libradme, vencedora.
Gloria al Padre…





Himno
Salve, floreciente Virgen pura,
Reina de astros coronada.
Más pura que los Ángeles, tenéis el trono
A la derecha del Rey, en nuestro auxilio.
¡Oh Madre de gracia!, nuestra dulce esperanza,
Del mar Estrella y puerto de bonanza.
Puerta del Cielo, salud en la enfermedad,
De Dios nos guía a la feliz presencia. Amén.
V.- Vuestro Nombre ¡oh María!, es como un bálsamo.
R.- Mucho os aman vuestros siervos fieles.
V.- Proteged, Señora, mi oración.
R.- Y llegue hasta Vos mi clamor.


Oremos: 
Santa María, Emperatriz de los Cielos, Madre de Nuestro Señor Jesucristo y Dominadora del mundo, que a nadie desamparáis ni despreciáis; poned, Señora, en mí, los ojos de vuestra piedad y alcanzadme de vuestro amado Hijo el perdón de todos mis pecados, para que, venerando ahora afectuosamente vuestra Inmaculada Concepción, consiga después la corona de la eterna bienaventuranza: por el mismo Hijo vuestro, Jesucristo, Señor Nuestro, que con el Padre y el Espíritu Santo vive y reina en unidad perfecta, y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

V.- Proteged, Señora, mi oración.
R.- Y llegue hasta Vos mi clamor.
V.- Bendigamos al Señor.
R.- Demos gracias a Dios.
V.- Las almas de los fieles difuntos, por la misericordia de Dios, descansen en paz.
R.- Amén.
DESPUÉS DEL OFICIO
Acepta, ¡oh Virgen!
Esta devoción
En alabanza de vuestra
Pura Concepción.
Sednos en la vida
Defensora y guía;
Sednos aliento
En nuestra agonía.
¡Oh Madre de bondad!,
¡Oh dulce María!.

Antífona. 
Esta es la Virgen admirable, en la cual no hubo mancha original, ni sombra de pecado.

V.- En vuestra Concepción, ¡oh Virgen!, fuisteis Inmaculada.
R.- Rogad por nosotros al Padre Eterno, cuyo Hijo trajisteis al mundo.

Oremos. 
¡Oh Dios! que por la Inmaculada Concepción de la Virgen, preparaste a vuestro Hijo una digna morada, os rogamos que, pues en virtud de la previsión de la muerte de vuestro Hijo la preservasteis de toda mancha, nos concedáis también que, purificados por su intercesión, lleguemos a vuestra Divina Presencia. Por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.