Estas oraciones presentan a Cristo como la Vida, que nació de Santa María. Hacen reflexión sobre la resurrección de Jesús y como si Él fue su hijo no permitirá que la Madre sufra la descomposición del cuerpo.
Además nos alientan a ver en la Virgen, su tránsito y asunción, como una esperanza que nos anima a seguirle pues algún día también nosotros podremos alcanzar el Cielo.
Oración
Dios mío ven en mi auxilio
Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre...
San Juan: ruega por nosotros
No sé turbe tú corazón, Apóstol fiel, pues Ella la Vida nos dió.
Dios te salve María...
No llores con angustia que aquel que Resucitó, de Ella nació.
Dios te salve María...
No te entristezcas que Ella en sus brazos vida le dió al que al cielo subió.
Dios te salve María...
Tú qué fiel cumpliste las palabras de tu Señor al cuidarla, la contemplarás gloriosa en el Reino Celestial.
El pésame a San Juan, oraciones en el día del tránsito de la Virgen.
Tránsito de la Virgen
13 de agosto
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La última comunión de la Virgen |
Glorioso y bienaventurado San Juan.
R/: Ruega por nosotros.
Tú que con amor la aceptaste por madre y ella por hijo; y que hasta en el último suspiro la acompañaste a nuestra madre Inmaculada.
Dios te salve María llena eres de gracias...
Tú que cuidaste de ella desde el momento de la crucifixión de nuestro Señor Jesucristo y le diste tu amor como a una Madre.
Dios te salve María, llena eres de gracia...
Amado Apóstol san Juan, tu que fuiste testigo de tan gran pureza al tener como Madre a la pura y sin mancha; te pedimos que asi como tuviste ese amor hacia la Madre de Dios y fuiste fiel hasta su último instante podamos con amor conservar el amor en cada uno de nuestros corazones.
Dios te salve María, llena eres de gracia...
Oración
Oh glorioso San Juan, por aquella angélica virtud que te mereció las más insignes gracias de ser el discípulo privilegiado de Jesús, de descansar sobre su Corazón, de contemplar su gloria, asistir en persona a los prodigios más estupendos; ser finalmente designado por el Salvador expirante, como el hijo y custodio de su Madre; alcanzame, te ruego, que conserve siempre intacta la virtud de la pureza y que evite cuidadosamente todo cuanto pudiera mancillarla, a fin de que merezca los favores especiales del Corazón Sagrado de Jesús y de la Inmaculada Virgen María. Así sea.
San José y el evangelista San Mateo
Al
leer el capítulo 1
de san Mateo, las traducciones
de la Biblia parecen no traducir
correctamente. Y así dan
una mala visión de San José.
¿Por qué estas
traducciones hacen ver mal
a San José?
En
primer lugar hacen creer
que el santo Patriarca quería
divorciarse, repudiar a la Virgen
al enterarse de que estaba
embarazada. Veamos lo que
dice las Sagradas Escrituras sobre
este tema y
luego analizaremos los
verbos en griego (versión más antigua que ha llegado a nosotros de este
Evangelio) y así poderlo colocar
en su respectivo contexto.
"La generación de Jesucristo fue de
esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a
estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Su marido José, como era justo y no quería
ponerla en evidencia, resolvió repudiarla en secreto.
Así lo
tenía planeado, cuando el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo:
«José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo
engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre
Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.»
Todo esto
sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta: Ved
que la virgen concebirá y dará a luz un hijo, y le pondrán por nombre Emmanuel,
que traducido significa: «Dios con nosotros.» Despertado José del sueño, hizo
como el Ángel del Señor le había mandado, y tomó consigo a su mujer."
Mt 1, 18-24
Dice que la Virgen está desposada
con José, pero la palabra
en griego es: μνηστευθείσης. Significa
estar en matrimonio, dar
regalo de matrimonio. En ese
sentido recordemos que
primero se casaban
y luego al pasar un tiempo
la mujer
iba en un cortejo a la
casa del marido. De
tal modo que en
lo que el hombre
preparaba la nueva
casa donde vivirían, la mujer permanecía
con sus padres. Por ello
es que luego
dice el texto: “su marido José”. Si no diría “su novio José, o José
su futuro marido,
o José con quién
se había comprometido”.
La siguiente palabra que
dice el texto es
justo, que en griego puede también entenderse
como santo. El texto continúa
diciendo que no
quería ponerla en evidencia y que por
ello resuelve “repudiarla”. Pero
la palabra no es
repudio, ni divorcio; sino liberar. ἀπολύω, apolúo,
que significa liberar, soltar, aliviar, dimitir;
por eso san José
prefiere al conocer del embarazo
de María dejarla
en secreto, liberándola de la
carga del matrimonio al irse
él. Ya que si san
José desaparece de la
vida de María, el
que quedaría mal ante
los demás era él y
no ella.
¿Por qué san José
quiere dejar a la Virgen?
Los siguientes
versículos lo explican. El ángel
en sueños le dice que no
tema tomar a María
tu mujer porque lo
engendrado en ella es del
Espíritu Santo. Pero el texto
debería decir “porque
en efecto” ya que la
palabra griega es γάρ que
es utilizado para explicar.
El texto tendría ahora
sentido, pues san José pretende
dejar a la Virgen libre, porque
él ya sabe
que está embarazada
y pensaba que lo engendrado por la Virgen provenía de Dios.
La única manera
de entender esto, es porque la
Virgen ya había hablado con san José y este lo sospechó.
Y para no falsear
la realidad pretende
dejarla en libertad. Porque si
Dios era el padre ¿cómo él se haría pasar
por padre de un hijo que
no era suyo? Era usurpar
su lugar. Por
eso dice la Escritura que
era justo.
Dios por
eso acude y le
dice que no tema,
que él puede
poner el nombre
al niño. Es decir,
que frente a esta
situación, Dios le permite
que sea el padre
terreno del Niño Jesús. Así san Mateo
explica que Jesús nace
de una manera milagrosa, la Virgen queda
embarazada por obra de Dios.
Es
importante anotar también como san Mateo que
escribe para los judíos convertidos
al cristianismo, utiliza
la figura de
José del Antiguo Testamento como una prefigura
del nuevo José. Destaca el hecho del
sueño; José es presentado
como “el soñador” (Gen 37, 9) y
recuerda a José reverenciado
por el sol, la luna y las
estrellas.
Entonces al leer
el texto de San Mateo, Dios le permite
a san José que
sea el jefe de la
Sagrada Familia, y el Sol (Jesús),
y la luna (María) le
estén sujetos a sus
cuidados. El niño
aprenderá de él,
será cuidado y alimentado por él. La Iglesia verá
como “quién acude
a él, no será defraudado”[1]
San
Mateo termina diciendo que
luego del sueño hizo lo
mandado y παρέλαβεν “tomó consigo” que
significa “asumió”. ¿Qué asumió?
Su papel como padre de Jesús
y esposo de María. Como
custodio y defensor de
ellos. Y así el Sol
y la Luna estuvieron a
su cargo. Y la Iglesia (las estrellas)
lo honra piadosamente.
De la Virgen del Carmen, de Lima, de Oro, del Padre Solares...
En
Guatemala el gran júbilo por la beata
Teresa de Jesús, en ese
entonces aún no canonizada,
hizo que la devoción al Carmelo
surgiera como un brote de
fuego. Pero los intentos
por traer a los carmelitas,
fue prácticamente imposible.
En Santiago
de Guatemala, los fieles
hicieron una cofradía en Catedral y como el grupo
fue creciendo, necesitaron un templo propio. Construyendo la iglesia que se
conoce como el “Carmen”
y que luego con el traslado
pasó a ser “el
Carmen bajo”, por
haber otra iglesia
ya en el Valle de la Ermita. Todas las
imágenes que allí se
encuentran son de Guatemala,
y no se debe confundir
con la Virgen del Carmen de
Lima de Santa Teresa, porque
no hay ningún testimonio que
aluda a que la
imagen pasó del
convento carmelita al Carmen
bajo.
En la
Iglesia de Santa Teresa en el Valle de Panchoy
El padre
Don Bernardino Obando trajo a las
monjas carmelitas al Valle
de Panchoy y fueron ellas
las que trajeron desde Lima
una imagen que provenía
de España, y que las
carmelitas de Lima quisieron
regalarla para que
presidiera el nuevo convento en Santiago de Guatemala.
Los inventarios
recogen como estaba compuesto el
retablo del Templo de Santa Teresa en
el Valle
de Panchoy y luego en la Ermita.
Así podemos también seguir la pista a la
Virgen llamada popularmente de “Lima”.
En 1687 y
1689 se
tiene conocimiento de las diferentes labores por el
retablo que presidiera el Altar Mayor del
templo, en Santiago de Guatemala.
Este fue trabajado por
el ensamblador Agustín Nuñez,
dorado por Juan de Sigüenza, con pinturas de
Pedro Mazariegos y esculturas de Alonso
de la Paz y Toledo.
Las imágenes
que
allí se encontraban eran: San
Elías, San Eliseo, San Alberto, San Juan
de la Cruz, San José y Santa
Teresa. Había dos papas probablemente relacionados
a la orden y también dos
ángeles. San Pedro de Alcántara y un San Miguel Arcángel este
último fue una
probable elección de la Madre
superiora de ese
momento.
Otros santos
estaban en el altar, pero sólo se
sabe que eran
niños y relacionados a la
Eucaristía. Así que no es
de extrañar que
fueran San Tarciso, San Dominguito de Val, por mencionar algunos. Remataba el
conjunto el Padre Eterno,
que desde las
alturas visualizaba todo
el templo.
El cuerpo
del retablo lo componía: el orden jónico, corintio, el salomónico y uno compuesto. Pero el
retablo con el traslado fue trasladado a
otro lugar de Guatemala, viniendo las monjitas
con las esculturas que
sobrevivieron al terremoto de
1773.
La iglesia
de Santa Teresa en el Valle
de la Ermita
Desde 1779 las pobres monjas tuvieron muchas penas para
lograr construir su convento e
iglesia. Hoy aún se pueden
ver los planos del convento en
el Museo de Madre Teresa Aycinena de la Santísima Trinidad.
En
1861 son las últimas
noticias que se
tiene de la Virgen del Carmen de
Lima, luego desaparece en los nuevos
inventarios. Allí menciona
que al lado de
esta imagen presidía una imagen de Santa Teresa y de San José de tallas
pequeñas. Esto implica que
no es la actual
imagen de Santa Teresa de
Jesús que preside
el templo, porque esta no es
de talla pequeña, sino de
tamaño natural.
El
inventario tampoco hace mención del
Nazareno, pero sí alusión
a la Virgen de dolores y San Juan, que
estaban debajo del crucifijo (muy
probable que sea el
Cristo de la Profesa). Otras imágenes mencionadas
era la Virgen de los Desamparados
(hoy todavía está en uno
de los laterales del templo), la Santísima Trinidad,
el Sagrado Corazón de Jesús, Santiago
apóstol, San Juan Evangelista. Por mencionar algunos.
En
1902 el terremoto deteriora
el altar mayor y este
tenía un Sagrado Corazón de
Jesús, ya no la
Virgen de Lima. Desde
este momento ya no
hay ninguna noticia
de la imagen y se
cree que fue
destruida en el
terremoto. Luego en 1935 el padre
Rosauro Trejo coloca a Jesús
de la Buena Esperanza en el Altar
Mayor.
La
Virgen que preside
actualmente el Altar es una de las imágenes que
se guardaban en el convento,
pero no es la traída por
don Bernardino Obando de Lima. Y
esta imagen es la que
se estofó como un homenaje al padre Juan Pablo Mendía OCD, que
tanto soñó por una Virgen del
Carmen que fuera
de oro.
La Virgen
del Carmen procesional en una
de las restauraciones del siglo XX,
la Academia de Geografía e Historia
y el padre Gerardo Aguirre OCD
recogen que la imagen tenía
un rótulo que decía “propiedad
del Padre Gabriel Solares”. Esto
confirma que la
imagen no es tan antigua como
creen algunos, probablemente el
padre la compró o bien
la mandó a realizar.
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