¿Hay muchas Marías? La Virgen multiplicada


El uso de  fotos  ha sido un fenómeno que  se  ha hecho cada  vez más común. Cada  vez  que se  abren las páginas  de  un álbum se  encuentran fotos  agrupadas, las  de  un viaje, no se mezclan con las  de  navidad,  ni unas  cuando se  tiene  tres  años  con las  de  boda.  Así al organizar las  fotos  se  clasifican y se para  denominando de  acuerdo “a  estas  son: de tal actividad”  y así cada  una  revela  un  experiencia propia.
 
De  igual manera  el arte  clasifica  las obras por  su autor y nombre.  Pero  muchas  pueden no  tenerlo y se  convierten en anónimas.  Entonces  se les  coloca  un nombre si la  obra  tiene  algo característico eso se  convierte en su título. Por  ejemplo si  la pintura  tiene  a la Virgen sentada  en una  roca, le  dicen: “La Virgen de las  rocas”.  No es que haya  varias “vírgenes” para un cristiano la  Virgen siempre  es la misma.


Así se puede  clasificar  una imagen de la Virgen de  al menos de  dos  formas: por  sus milagros o por  episodios  de  su vida.  Por  ejemplo si la Señora  tiene  en sus  brazos  un niño, se  sabe  que  es  una  Virgen madre; pero para  diferenciarla de alguna otra  escultura  que  también este en la misma posición le colocan un apelativo, algo que les llame la  atención o sea  una identificación. Algunas  veces  tanto por  milagros o  episodios  se  le  agrega  el lugar de  donde  es la  obra  de  arte,  así hay imágenes  que  recuerdan a  la Virgen en el Monte Carmelo. Y puede que  la  representación sea  de la  vida de la Virgen, pero sobresalga  más  el milagro  y el apelativo oculte, por  así llamarlo, el misterio que  representa.


Ahora bien si tomamos por  ejemplo un episodio de la Virgen;  la  Inmaculada Concepción,  por  ejemplo, se puede  ver  que  en el arte  se presenta de las mismas  dos  formas. Pero tomemos  por milagros.  Existen varias  representaciones  de la Inmaculada  de  acuerdo a  esto.  Algunos la llaman: “milagrosa”,  “de Lourdes”,  “de los  pobres”, “de  Beauraing”, etc.  

INMACULADA,  LA DE LA MEDALLA MILAGROSA

Esto debido a  que la misma  Virgen se llama  “Inmaculada Concepción”,  o bien el artista la  hizo de  esa  manera  pero  por  sus  milagros le  colocaron otro  nombre.  En 1830 la Virgen se le  aparece  a santa Catalina y le  pide el uso de la  medalla  de la Inmaculada. Esta medalla  fue mandada  a  realizar  de  acuerdo  a las  indicaciones  de la  visión. Tantos  milagros  se vieron por  causa  del  uso de la medalla, que paso a  llamarse  “medalla  milagrosa”.


Sin embargo la misma  medalla  recuerda  que  es  una  representación del dogma  mariano (en ese momento aún no definido)  y se  utiliza  para obras de  arte la  imagen de la  aparición.  Sin lugar  a  dudas  representa  el misterio concepcionista, pero esta  vez la  Virgen lleva  las manos  separadas y  salen de  estas  rayos.  Por lo  demás  parecerá casi al  resto de  representaciones,  está machucando la  serpiente, tiene  doce  estrellas  alrededor  de  su cabeza, etc.

YO SOY LA  INMACULADA CONCEPCIÓN, EN LOURDES

A  otra  santa en 1858, la  Virgen se le presenta. Esta  vez  es  en Lourdes.  El mensaje  parece  ser el mismo: conversión. Gran cantidad  de  milagros  se  han hecho por la  devoción a  la Inmaculada, en especial confiando en la  fuente  que  mana  a los  pies  de la  gruta  de la  aparición. Cuando la  santa  le pregunta  ¿quién es?,  la  Virgen le  dice: “Yo soy la Inmaculada Concepción”.  Apenas  4  años  antes  se  había proclamado el dogma, Bernardette, la  vidente,  apenas  sabía leer, no entendía  quién era la  Inmaculada.


Esta  vez  la  Virgen se  presentaba con tunicela  blanca  y cincho azul,  pero  sin su manto  azul, sin estrellas, sin luna, sin corona  y sin machucar  una  serpiente.  El artista plasma  a  la Inmaculada  con otros  atributos, que  no por  ello dejan  de  representar el mismo misterio:  la  concepción purísima  de la  Santa Virgen María.

Son los milagros en el primer  caso que le  cambian el nombre, y en el segundo también solo que  no la  llaman  milagrosa  sino del lugar que  hace los  milagros.  En las  dos  la Virgen se hace llamar  Inmaculada  y se le presenta  artísticamente  como esta  advocación.

LA INMACULADA  EN EL CORO FRANCISCANO

En otras  apariciones la  Virgen se hace  llamar  así, pero  por se han adaptado los nombres  a ciertos  aspectos  especiales  de cada  caso. En Guatemala también los  artistas  representaron este  episodio de la  vida  de  la Virgen. Destacándose las  obras  de  arte del  templo franciscano, que  elevado a la  categoría  de  Basílica en el siglo XIX, elevan la  grandeza  de las  obras  que  resguarda.

Así la Virgen en el misterio de  la “limpia  concepción”, fue  representada  como  una  mujer  con los  atributos  de  la pasión de Cristo. Llamándose “Virgen pasionaria”, para poder  ser  diferenciada  entre otras  esculturas.  Tal vez  sería más  fácil  llamarlas la  escultura pequeña  y la grande, ¿pero  y si hubiera otra  del mismo tamaño? Por  ello, otra  de las  Inmaculadas pasó a llamarse  del “Coro”, por  estar  en ese  lugar  del templo. Y  en algún momento fray Francisco Vásquez,  cronista  franciscano,  relata como la Inmaculada pasionaria llego a  colocarse  en algún momento en el coro, para  que en la  arruinada  ciudad  de Almolonga, no se  quedaran sin imagen de  nuestra Señora.


Entonces, ¿hay dos  del “Coro”? no, por  ello la primera le  decían pasionaria, y a la  segunda  por  los milagros  le  dejaron decir  del coro, para llamarla  de “la salud” y también por  su rostro: “niña”. 

LA  INMACULADA, MADRE  DE LOS POBRES

 Pero también el templo guarda  dos  Inmaculadas  de  gran valor  cultural, pero también cristiano.  La  llamada de “los  reyes”  y la  “pobre”.  La  primera  sigue  representando de manera  exacta la  visión de lo que la mayoría  cree  es  una  representación de la Inmaculada. La  segunda que  también es  una  Inmaculada, parece  aparentar  otra  advocación.
Pero la primera  que  es  enviada  por  el rey,  opaca en cuanto a  quien la  ofrece  al  segundo que  ofrece  a la “Pobre”.  Dentro de  todo esto se puede  entender  que el regalo de un rey iba  a ser  destinado a  la  grandiosidad, frente  al otro que  aunque era  el mismo presente (la Virgen) era de un “pobre plebeyo”  y no  del  rey.

Puede  entenderse  así, pero también como una Inmaculada  que  acoge  a  los  sencillos,  a los que la  Biblia  llama  “pobres”, es  decir los  humildes  servidores  del Todopoderoso. Así Ella  se  convierte  en ejemplo fiel de servicio a Dios  y nos  apoya  en todo momento para  imitarla. Sin embargo, parece ser que porque lleva las  manos  abiertas  y por  las modificaciones  que  fue  teniendo, (propias  de la  mentalidad  de la  época, que no tenía  aún en la mente  la  idea  de  restauración, tal y como el artista la contempló. O bien transformando detalles para poderla  vestir  o procesionar) no sigue  siendo la  misma.
                                                                     1917


Pero  diez  años,  no convierten a  una  obra  del siglo XVI,  en otra  advocación.  Bien es  cierto que los  principios  de  restauración, deben  lograr  que la  obra  regrese  a su originalidad,  en este  caso  a  su  última  intervención.  Esto quiere  decir que la Inmaculada  debería  regresar  a su estado original  que  se le  dio en siglo XIX, o cuando le  colocaron los nuevos  ojos.  En todo caso la  imagen llamada: “Madre  de los Pobres”, sigue  representando a la Inmaculada Concepción,  que cierra  en la  capital el ciclo de procesiones  concepcionistas. Ya lo hacía  en la  octava de  concepción,  luego después  de  epifanía.

LA  INMACULADA, COMO PROTECTORA
También la Inmaculada es  representada  en diferentes  pinturas, como una  Virgen “del Patrocinio”,  es  decir la Inmaculada  que  aboga por  sus  hijos.  En este  caso la santa Señora  abre  sus manos,  y bajo su  capa  se  colocan muchas personas  que  acuden a  la  que  viste  de  blanco y azul. El artista  coloca  todos los  atributos, para  que  quienes vean la  obra  recuerden  que es la Inmaculada Concepción.



Pues  así como se  coloca  un título a la Virgen, así  sucede  con muchas  advocaciones, que  son apelativos dados  por  el hombre para  recordar que  María  es  la  Madre, Reina  y Señora  de  toda la  humanidad.  Y como sucede  con otras  obras de arte la Madre  puede  vestir  de la  ropa  de  alguna  orden, como es  el caso de la  representación del Monte  Carmelo, y seguir  siendo una  Virgen Madre.



Cosa  que  no sucede  cuando se  transforman otras  obras, como el caso de la Inmaculada  Madre de  los Pobres. También la Virgen del Carmen, puede  ser  vista  como Virgen del Patrocinio, y sigue  recordando el Carmelo, tal es  el caso de la  que  se  encuentra  en el Cerro del Carmen, que con sus  brazos  extendidos tiene  a  sus  pies carmelitas. Así los que  estudian el arte  e  incluso los mismos  cristianos  han  catalogado  a las  representaciones de la Madre  de Dios,  dándoles  un título que  corresponde  algo propio de la  imagen o de un milagro y por  episodios  de la  vida  de la  Virgen.

Fuentes:
 https://www.corazones.org/maria/beauraing_1932.htm
https://www.aciprensa.com/recursos/virgen-de-la-medalla-milagrosa-3724
https://forosdelavirgen.org/534/nuestra-senora-de-lourdes-francia-11-de-febrero/
https://www.icomos.org/charters/venice_sp.pdf
http://www.unesco.org/culture/natlaws/media/pdf/guatemala/guatemala_carta_venecia_1964_spa_orof.pdf
Vásquez, Francisco. Crónicas de la Provincia del Smo. Nombre de Jesús. Guatemala