Dos santas con el mismo nombre: Eduviges


Presentamos  dos  santas  con el mismo nombre, y que  se identifican con Polonia, pero que  vivieron diferentes  situaciones. La  veneración de la  primera  en Guatemala  es casi nula,  mientras  que  de la  segunda  es más popular  debido a  que  la conocen como patrona de  viudas, de los  que  no tienen casa, comida  o bien de las  que  tienen  deudas.  A esta  santa  se  encomiendan mucho, y  es  posible  ver  su estampa, imagen  en casas, comercios  y locales.

Colocamos  una pequeña biografía de  las  dos para  ampliar  nuestros  conocimientos  y evitar  confundirlas, convirtiéndolas  en una  misma. 

Santa Eduviges del siglo XIV
(1371-1399)


Eduviges fue coronada reina a los diez años y murió a los 25 años. A pesar de su corta vida, fue suficiente para lograr mucho. Inspiró al pueblo con su amor por los pobres y campesinos.
Su matrimonio con el gran duque Jagello de Lituania cambió la historia de Europa al llevar los confines de la civilización occidental a las fronteras orientales del reino polaco-lituano. Por ello se la considera protagonista de la evangelización europea y “figura puente” del cristianismo occidental y oriental.

Eduviges no se encerró en su corte. Esta mujer, que vivió hace más de seiscientos años, participó activamente en la vida del enorme estado polaco-lituano. Consciente del valor de la cultura como vehículo de la fe, fundó la facultad de Teología de la universidad de Cracovia, una de las más antiguas de Europa.  Juan Pablo II, recordando la altura científica de la Universidad de Cracovia (“la Jaguelloniana”), en la que enseñó Copérnico, y en la que él mismo tuvo la oportunidad de estudiar, afirmó que «la verdadera riqueza de un país son sus universidades».

Eduviges también desplegó gran actividad a favor de los pobres y enfermos, fundando hospitales y centros de asistencia.

En la canonización de la reina Eduviges ha pesado decisivamente la admiración ininterrumpida de todo su pueblo durante seis siglos. Su causa de beatificación se abrió en 1426, 27 años después de su muerte. En 1987, la reina Eduviges fue beatificada, y sus reliquias fueron transferidas al altar del Cristo Crucificado de la Catedral de Cracovia. El Papa Juan Pablo II la canonizó en el año 1997.

Santa Eduviges  la  del siglo XII
(1174-1243)


Eduviges era hija del conde Bertoldo de Andechs. Nació en Andechs, de Baviera, hacia 1174. Su hermana Gertrudis fue la madre de santa Isabel de Hungría. Sus padres la confiaron, de niña, a las religiosas del monasterio de Kintzingen, en Franconia. A los doce años de edad, Eduviges contrajo matrimonio con el duque Enrique de Silesia, quien sólo tenía dieciocho años y Dios los bendijo con siete hijos, pero sólo uno de ellos, Gertrudis, sobrevivió a su madre y llegó a ser abadesa de Trebnitz.

El marido de Eduviges heredó el ducado a la muerte de su padre, en 1202. Inmediatamente, a instancias de su esposa, fundó el gran monasterio de religiosas cistercienses de Trebnitz, a cinco kilómetros de Breslau. Se cuenta que todos los malhechores de Silesia fueron condenados a trabajar en la construcción del monasterio, que fue el primer convento de religiosas en Silesia. El duque y su mujer fundaron además otros muchos monasterios, con lo cual no sólo propagaron en sus territorios la vida religiosa, sino también la cultura germánica.

Después del nacimiento de su último hijo, en 1209, Eduviges instó a su marido para que hiciesen voto de continencia perpetua y, en adelante, vivieron separados durante largos períodos. Según se cuenta, en los treinta años que le restaban de vida, Enrique no volvió a cortarse la barba ni a llevar oro, plata o púrpura. Por ello se le llamó Enrique el Barbado.

A partir de 1209, la santa fijó su principal residencia en el monasterio de Trebnitz, a donde solía retirarse con frecuencia. Durante sus retiros, dormía en la sala común con las otras religiosas y observaba exactamente la distribución. No usaba más que una túnica y un manto, lo mismo en invierno que en verano y llevaba, sobre sus carnes una camisa de pelo con mangas de seda blanca para que nadie lo sospechase.

En 1238, murió el marido de santa Eduviges y fue sucedido por su hijo Enrique, apodado «el Bueno». La santa tomó entonces el hábito religioso de Trebnitz, pero no hizo los votos para poder seguir administrando sus bienes en favor de los pobres. En cierta ocasión, santa Eduviges encontró a una pobre mujer que no sabía el Padrenuestro y comenzó a enseñárselo; como la infeliz aldeana no consiguiese aprenderlo, la santa la llevó a dormir en su propio cuarto para aprovechar todos los momentos libres y repetirle la oración hasta que la mujer consiguió aprenderla de memoria y entender lo que decía.

En 1240, los tártaros invadieron Ucrania y Polonia. El duque Enrique II les presentó la batalla cerca de Wahlstadt. Se dice que los tártaros emplearon entonces los gases venenosos: «un humo espeso y nauseabundo brotaba en forma de serpiente de unos tubos de cobre y embrutecía a los soldados polacos». Enrique pereció en la batalla. Santa Eduviges tuvo una revelación sobre la muerte de su hijo tres días antes de que llegase la noticia y dijo a su amiga Dermudis: «He perdido a mi hijo; se me ha escapado de las manos como un pajarillo y jamás volveré a verle». Cuando el mensajero trajo la triste noticia, santa Eduviges consoló a su hija Gertrudis y a Ana, la esposa de Enrique.

Dios premió la fe de su sierva con el don de milagros. Una religiosa ciega recobró la vista cuando la santa trazó sobre ella la señal de la cruz. El biógrafo de Eduviges relata varias otras curaciones milagrosas obradas por ella y menciona diversas profecías de la santa, entre las que se contaba la de su propia muerte. Durante su última enfermedad, santa Eduviges pidió la extremaunción cuando todos la creían fuera de peligro. Murió en octubre de 1243 y fue sepultada en Trebnitz.

Su canonización se llevó a cabo en 1267. En 1706 la fiesta de santa Eduviges fue incluida en el calendario general de la Iglesia de Occidente.