La devoción a la Inmaculada ha sido manifestada en la gran cantidad de obras de arte que se reparten en las iglesias y dentro de las casas.
En un principio los elementos de este dogma no eran claros, y la Virgen se presentaba con los colores rojo y azul, propios de Ella. Aunque las influencias de otras representaciones le han válido el poder utilizar también el color dorado, rosado y plateado. El dorado como símbolo de su santidad y el plateado como reflejo perfecto de Cristo. Al color rosado se le atribuye para simbolizar la realeza de María.
En Guatemla los colores azul y blanco, son propios de la bandera, pero también son reflejo de la devoción intensa que el país desde sus inicios mostró con esta devoción. Ya que en diversas ocasiones demostró una lealtad fiel a esta creencia. Tanto así que para muchos el patronazgo sobre la República no es cuestión de recordar que la Virgen es la misma, sino para recordar todo lo que los antepasados hicieron por la devoción a la Inmaculada.
El patronazgo fue un valuarte que los cristianos utilizaron en Guatemala como un símbolo de unión y que es mucho más sostenible este, como símbolo de los católicos, sobre otros que lo aclaman.