En cada lugar le llaman de distinto modo, y su vida se ha vuelto una leyenda, como pasa con otros santos. Aunque muchos lo consideran un personaje importante de las fechas navideñas, y es casi imposible no vincularlo a esas fechas, el santo fue mucho más que un obispo que regalaba objetos.
San Nicolás fue obispo de Myra, se cuenta que resucitó a tres niños, que habían sido asesinados. También se le adjudica que consigió dinero para lograr que unas jovencitas se pudieran casar y así evitar que se dedicasen a otros oficios, en contra de su pureza. Por esta razón se dice que San Nicolás deja caer los regalos por la ventana o chimenea. Ya que el santo tiraba las bolsitas de dinero por la ventana, para que las señoritas pudieran pagar su dote.
Murió en el siglo IV, y sus restos fueron trasladados de Myra, a Bari en Italia, en 1087.