La copa refiere por un lado a que se dice que con ella se recoge la sangre de Cristo, cuando murió en la cruz, por otro lado la han utilizado como representación de las plabras del Señor: "¿Pueden beber la copa que yo beberé?", que es un símbolo propio de su martirio. En otras representaciones la copa está realizada como sí fuese un pequeño caldero, recordando a que había sido metido en aceite hirviendo. Como no murió fue desterrado.
Si bien estas ideas son reflejo de lo que se representa en el arte, San Juan debe acompañar a la Virgen en sus dolores como lo hace tradicionalmente, y no con los símbolos de Evangelista, pues dan otra perspectiva de lo que el acto procesional quiere trasmitir.