El secuestro de Madre Encarnación



Hace  algunos  años  se  especulaba  un secuestro  a la  beata,  por  parte  del  gobierno liberal.  Decían  que  la monja  había  sido  llevada  a la  fuerza  a la  capital, sustraída  de  su convento en  Quetzaltenango.   Con la  boca  tapada, sin pedir  auxilio, con  los peores  sufrimientos, la  monja  vino a  dar  a  la  ciudad.


Era  tan pobre, según decían,  que le  tocó pedir  limosna. Pero  el cruel  gobierno se lo  impidió  y como si  fuera  poca  cosa  la  echaron  del país,  rumbo a Costa Rica.

Esta  historia  que  algunos  han relatado,  es  una mentira.  O  al menos  una  exageración de los  hechos,  ya  que   si bien las  hermanas  de Belén  si  fueron expulsadas  de Quetzaltenango,   no  fue  un secuestro.  Tampoco  vinieron a  la  capital  en calidad  de “limosneras”,  ya  que  el hermano de Madre Encarnación, les  consiguió una  casa  donde pudieran habitar, mientras se  solucionaba  la  situación.


En ese  tiempo  Madre Encarnación recibe  una  carta  donde la  invitan  a  Costa Rica, como un reconocimiento por  su  excelente  trabajo, y escapando de  este  régimen  se  fugó  junto con sus  hermanas  hacia  ese  país.


Si varias  mujeres  pudieron salir  del país, sin que  se  dieran  cuenta, ¿Qué  otras  cosas  no habrán salido de  Guatemala sin el permiso del Gobierno? ¿Sólo personas,   o también joyas,  esculturas, pinturas…?