La defensa de algunas monjas por evitar injusticias


“Al régimen que  pretende  suprimir  la  religión y dispersar las  comunidades. Creo que  todas nosotras  debemos  responder  pronunciando solemnemente  el voto de  martirio”
Dialogo de  Carmelitas


A  finales  del siglo XIX,  Guatemala  es   objeto  de una  seria  persecución contra  la Iglesia  Católica.  Pues  el Gobierno Liberal, liderado en un principio por Miguel García Granados  y Justo Rufino Barrios, quería  imponer  una  serie  de  medidas  contra  la liberta  de  fe.

En 1871, con el triunfo de las  tropas liberales, llegaron a  instalarse  como nuevos  gobernante  don Miguel García Granados, haciendo  de  presidente. Su proceder  era  más  cauteloso, o al menos  más  tranquilo que  el de  su  compañero: Justo Rufino Barrios.  Desde  su llegada  el 30 de  junio, los  pobladores  sentían una  extraña sensación.  .

Un día  de  septiembre  de  ese  año,  Quetzaltenango despertó  asolada  por  un gemir. ¡Los padres  jesuitas  no  estaban! Habían sido expulsados  en la  noche, no les  valió que  alguno estuviera  enfermo y  sin condiciones para  caminar.  Madre Encarnación habló  en forma  de protesta, porque  ahora  ellas  tendrían más  trabajo al dejarlas  solas  sin los  padres.


Esto  sucedió  cuando   García  Granados  salía  al oriente  del país, dejando que Justo Rufino hiciera de las  suyas  en la  capital.  Expulsando definitivamente  a los  padres  jesuitas de  todo  el territorio,  con ello  se  inició  una  persecución contra  todo  lo  católico. 

En muy pocos casos, Justo Rufino,  defendió  a la Iglesia, y si  lo  hizo  fue por  disimular  su  postura  anticlerical  frente  a  otras  personas.  De  tal  forma  que cuando Madre Encarnación pidió  que  viera  como su trabajo en educación era  muy bien hecho, Justo Rufino  quedó  asombrado  y admirado,  diciendo  que  no las  echaría.  Pero  como  su interés  era  otro  al final,  las  expulsó.

También Madre Adelaida OCD, intentó  no ser  expulsada  junto  al  resto de  monjas  carmelitas  descalzas, siendo la única  que  debatió con él, cara  a  cara.  Un hecho que  la marca  como una mujer muy valiente, pues  a muchos les  daba  miedo Justo Rufino. 


Y  aunque  la  Iglesia  fue  despojada y  en  algunos lugares  sólo quedaron  dos  sacerdotes para  todo  el departamento, los  cristianos  demostraron valientemente  su amor   por la Iglesia.  De  ahí es  que  haya un aumento en las  prácticas  devocionales. 

En conclusión  los liberales  hicieron despojos muy fuertes a la Iglesia. Dejando muy pocos sacerdotes, y muy pocos bienes para  estos.  Y si bien no hay, por  el momento  algún documento  que  mencione  la protesta  de  morir  por  defender  la  fe,    que hay muchos  ejemplos  de  protesta  de  religiosos, como el  caso Madre Encarnación,  o de Madre Adelaida.